Last days of The New Yorker
El penúltimo lo malgasté buenamente con Sara rondando la ciudad. Quedamos al mediodía en el Pit y de allí a una expo de comics en una galería en Lafayette St y de allí a un restaurante vegano en el lower east side. Visita obligada a Chari & Co. en Manhattan (una tienda de bicis, en plan top of the tops) y de allí rumbo a Brooklyn para ir a ver a unos amigos en King Kog (otra tienda de bicis, tipo My Beautiful Parking). Me despedí de Sara y me fui a casa a preparar parte de la maleta. Por la noche los cinco residentes de McKibben St nos fuimos a Williamsbourg para la Última Cena en el Taco Loco, donde todo picaba mucho y todo rimaba. Luego de allí al Judy para gastar el fuel viendo pinchar a Jerry. No se como, pero salir de fiesta en Brooklyn significa disfrazarse. Un fin de fiesta inolvidable.
El sábado preparé la caja de bici y metí allí más de lo que hubiera esperado meter. Cuadros, fotos, regalos, un par de tablas. En el aeropuerto todo fue como la seda. Una transworld para leer, un brownie y un hot chocolate para entrar en el avión. Paseo en corto por Dublin y en un pispas en Barcelona.
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