viernes, 22 de marzo de 2013

COMO UNA PIEDRA RODANTE



En la escuela de Animación de Baden-Wuerttemberg están de enhorabuena. Rebuscando entre carpetas han encontrado un pedruzco de carbón. Lo han desmenuzado a su mínima expresión estructural. Han cogido el carbono de los vértices del hexágono y lo han puesto justo en el centro de un tetraedro. Distribución asimétrica y tachaaaan!    Un diamante en bruto!

Ahora están que no paran. Del Stuttgart Festival of Animated Film al resto del mundo. Espero que no se bañen en la piscina del marketing directo, que lo breve es dos veces bueno!

viernes, 1 de marzo de 2013

TÓMATELO EN SERIO... BUENO, NO TANTO


Roger Skateboards - "Secondhand Stoke" - Tim and Eric from Roger Skateboards on Vimeo.

La diferencia entre un niño y un adulto es el benigno hábito del juego. Un niño no conoce la palabra "No puedo", las reglas no están establecidas, no se ven los límites a lo que nos rodea. Dígase subirse a un árbol, lanzar naranjas a un campanario, caminar hacia atrás, comer barro... en definitiva, aún no hemos untado de moral a nuestro dia y nuestra noche. La imaginación, reveladora como un tubo de ensallo, es un arma definitiva.

Luego al crecer comienza la lenta sedimentación moral. El inevitable cambio del líquido al sólido. Todo empieza a ser demasiado serio y apenas recordamos lo ignorantes y felices que éramos al rodar tumba abierta por una cárcava y olvidarse en el espacio-tiempo.

El patín (y la vida) es un juego, la diferencia que tiene con el deporte es que no tiene un fin. No hay goles, ni triples, ni faltas, ni fuera de juegos, ni entrenadores, ni estratégias regias. Ahora bien, tambien es un negocio y como tal, abraza el cristalizado y opaco mundo responsable. Ahora hay equipos y marcas millonarias, plazos de entrega, sacrificios humanos y sorprendentes departamentos de I+D para reinventar lo inventado. La máquina se conceptualiza y se fagocita a si misma para mantener este majestuoso castillo de naipes.

Uf! al final no distinguimos ni la menta ni la canela. Uf! Al final sin darnos cuenta hemos dejado de jugar... Entonces toca pararse, respirar hondo y subirse al primer árbol que uno encuentre. Al bajar volverás a ser un niño.